El Gobierno del Reino Unido, liderado por Keir Starmer, ha decidido posponer hasta julio de 2025 la implementación de los controles fitosanitarios sobre las importaciones de frutas y verduras provenientes de la Unión Europea (UE). Estos controles formaban parte de los ajustes comerciales posteriores al Brexit y afectarán a productos como fresas, manzanas, aguacates y zanahorias, entre otros. La medida busca evitar un aumento de la inflación y garantizar la estabilidad en el suministro de alimentos, lo que beneficia tanto a los exportadores europeos como a los consumidores británicos.
El retraso de estos controles se debe a la preocupación por el impacto que podrían tener en la inflación, controlada en torno al 2%, y en la seguridad alimentaria del Reino Unido. En una carta enviada por el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) al sector alimentario, se indicó que los controles podrían haber tenido un efecto adverso sobre los precios y la cadena de suministro. Según la misiva, alargar el plazo permitirá que las empresas y el gobierno puedan prepararse mejor para las exigencias de estos nuevos controles sin poner en riesgo la estabilidad económica del sector alimentario.
Además, el Fresh Produce Consortium (FPC), que representa a más de 700 empresas de la cadena alimentaria, estimó que el coste de las nuevas medidas rondaría los 200 millones de libras anuales. Este aumento de costes recaería principalmente en los consumidores, afectando la competitividad del mercado y el acceso a productos frescos. Por esta razón, la FPC apoyó el aplazamiento, señalando que proporcionará tiempo adicional para que las empresas se adapten sin incrementar los costos de manera significativa.
El aplazamiento de los controles resulta favorable para los exportadores españoles, ya que el Reino Unido depende en gran medida de las importaciones de frutas y verduras de la UE. En el primer semestre de 2024, las exportaciones de España a Reino Unido alcanzaron los 2.788 millones de euros, de los cuales más de la mitad corresponden a frutas y verduras. La decisión del gobierno británico de retrasar estos controles asegura que el comercio siga fluyendo sin interrupciones, beneficiando a la agricultura española y otros países exportadores de la UE.
Este aplazamiento forma parte de un enfoque más conciliador del gobierno de Starmer hacia la UE. Aunque el Reino Unido no tiene planes de volver a formar parte del bloque comunitario, se busca restablecer relaciones comerciales más fluidas, particularmente en sectores clave como el agroalimentario. Se están reduciendo algunas de las barreras impuestas tras el Brexit, lo que facilita el comercio internacional y ayuda a mitigar los efectos negativos que los controles estrictos podrían haber generado en el intercambio de frutas y verduras.
Extremadura, una de las principales regiones exportadoras de productos hortofrutícolas, se verá directamente beneficiada por este aplazamiento. La región produce frutas y verduras clave como cerezas, pimientos y tomates, y continuará exportando al Reino Unido sin los controles adicionales que podrían haber afectado tanto a los costes de exportación como a la competitividad en el mercado británico. Esto permite a Extremadura mantener su presencia en un mercado estratégico y prepararse mejor para cualquier futura barrera comercial.
Fuentes: