Tras semanas de retrasos, el concurso se adjudica a la compañía gala. La decisión llega días después del giro de Macron sobre el Sáhara Occidental
A Marruecos no le ha importado la oferta económicamente más ventajosa de Ineco para dar continuidad a la línea ferroviaria de alta velocidad entre Marrakech y Agadir y ha optado por la francesa Egis. La adjudicación a la ingeniería gala llega justo tras el cambio de postura de Emmanuel Macron sobre el Sáhara Occidental, lo que ha dado lugar a una gran controversia política.
Este proyecto, que pretende unir las dos principales ciudades turísticas del país mediante una red de alta velocidad, había generado grandes expectativas tanto en términos económicos como de mejora de infraestructuras. Sin embargo, desde Marruecos se ha optado por la oferta que no era la más baja económicamente hablando.
"Después de revisar en detalle todas las propuestas, hemos decidido que Egis es la opción más adecuada para llevar adelante este importante proyecto", explicó un representante del gobierno marroquí. Aunque no se han revelado los detalles de las ofertas económicas, se sabe que la propuesta de Ineco era más baja, pero la decisión final ha sido influenciada por factores políticos.
La noticia ha sido recibida con sorpresa y críticas en España, ya que Ineco había trabajado anteriormente en el proyecto de alta velocidad entre Tánger y Casablanca y tenía la esperanza de continuar expandiendo su presencia en Marruecos con este nuevo contrato.
La línea entre Marrakech y Agadir es solo una parte del ambicioso plan de Marruecos para modernizar y expandir su red ferroviaria. El gobierno planea invertir miles de millones de dólares en los próximos años para mejorar la conectividad y reducir los tiempos de viaje entre las principales ciudades del país.
El proyecto incluirá la construcción de nuevas estaciones, la modernización de las existentes y la instalación de vías de doble sentido para permitir velocidades de hasta 320 km/h. "Estamos comprometidos con la transformación de nuestra infraestructura para hacerla más eficiente y accesible para todos los marroquíes", afirmó el ministro de Transportes de Marruecos.
La elección de Egis ha llegado en un momento delicado para las relaciones franco-marroquíes, especialmente después de que Macron expresara su apoyo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, considerado como un giro en la política exterior francesa que ha sido bien recibido en Rabat pero ha causado preocupación en Argelia y entre los saharauis.
Ineco aspiraba a convertirse en punta de lanza para las empresas españolas en Marruecos, pero parece que la experiencia sobre el terreno de Egis ha pesado más en la balanza en su favor.
Uno de los trenes de alta velocidad de la línea marroquí Al Boraq, en una imagen de archivo.
Además, Egis se encargará también de la creación de sistemas de señalización y electrificación de la nueva línea, aspectos cruciales para la seguridad y eficiencia del servicio ferroviario. "La innovación es clave en este tipo de proyectos y confiamos en que Egis aportará soluciones avanzadas que beneficiarán a todo el sistema de transporte del país", añadió el ministro.
Por su parte, Ineco ha expresado su decepción por no haber sido seleccionado para este proyecto, subrayando su experiencia previa en el país y su capacidad técnica para desarrollar infraestructuras de alta velocidad. "Respetamos la decisión, pero no podemos ocultar nuestra sorpresa y decepción, dado nuestro compromiso y dedicación en proyectos anteriores", señaló un portavoz de Ineco.
El portavoz añadió que Ineco seguirá buscando oportunidades en Marruecos y otros países de la región, y que esta decisión no afectará sus planes de expansión internacional. "Estamos comprometidos con nuestra visión de conectar el mundo a través de infraestructuras sostenibles y de alta calidad", concluyó.
La decisión también ha reavivado el debate sobre la influencia de la política en los contratos de infraestructura y la importancia de mantener criterios técnicos y económicos por encima de consideraciones políticas. Expertos en la materia han señalado que, aunque los factores políticos son inevitables en grandes proyectos internacionales, es esencial que no se comprometa la integridad técnica de los proyectos.
Finalmente, la elección de Egis también plantea preguntas sobre el futuro de la colaboración entre Marruecos y empresas españolas en proyectos de infraestructura, especialmente en un contexto en el que los intereses políticos parecen jugar un papel cada vez más determinante.
