Bruselas alerta sobre las grietas en el comercio mundial que amenazan la recuperación económica de la zona euro. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha calculado que las restricciones al intercambio de mercancías a nivel global se han multiplicado por diez desde el año 2012, lo que pone en riesgo la interconexión económica de la eurozona, una de las regiones más dependientes del comercio internacional.
Europa se queda rezagada en la recuperación del comercio mundial: Las previsiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) indican que en 2024 las exportaciones de la zona euro solo crecerán un 1,7% anual, mientras que otras regiones como África experimentarán un repunte del 5,3%.
Las causas de la fragmentación del comercio: La pandemia de COVID-19 despertó al mundo desarrollado de las debilidades de las deslocalizaciones y la invasión de Ucrania ha agravado la situación. Las medidas proteccionistas y la búsqueda de "seguridad económica" por parte de los países han llevado a un aumento de las restricciones comerciales, alcanzando las 3.000 en 2022 según el FMI.
La zona euro pierde competitividad: Los altos precios de la energía y las materias primas en la zona euro ponen en desventaja a las empresas europeas en los mercados globales. Esta situación, junto al freno en la globalización, ha provocado que la eurozona pierda terreno frente a otros bloques económicos como China y Estados Unidos.
La necesidad de diversificar y reducir dependencias: La Comisión Europea reconoce la necesidad de diversificar las cadenas de suministro y reducir la dependencia de determinados países, especialmente de China. Sin embargo, esta estrategia debe ir acompañada de medidas para profundizar en el mercado único europeo y reforzar la cooperación internacional.
Los retos para la UE: La UE enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio entre la "seguridad económica" y la apertura comercial. Si bien se busca reducir el riesgo y las dependencias estratégicas, es crucial evitar el proteccionismo y mantener la cooperación internacional.
Un futuro incierto: El futuro del comercio global y la posición de la eurozona dentro de él son inciertos. La UE deberá navegar entre las presiones proteccionistas, la búsqueda de "seguridad económica" y la necesidad de mantener un mercado abierto y competitivo. La clave estará en encontrar un equilibrio que permita a la zona euro recuperar su posición en el comercio global y fortalecer su economía.